Durante la guerra de posiciones de la Primera Guerra Mundial y la consiguiente guerra de trincheras, muchos de los soldados insuficientemente equipados desarrollaron armas auxiliares, que se fabricaban en forjas de campaña y talleres situados en el frente y detrás de él. Sin embargo, en el transcurso de las batallas se hizo evidente que el equipo y el armamento de los soldados no cumplían los requisitos de este particular estilo de lucha. Por ello, en 1915 el Ministerio de Guerra encargó a Boker el desarrollo de un cuchillo de combate compacto que se adaptara perfectamente precisamente a este propósito.
El fiel al original cuchillo de trinchera Boker también tiene una hoja de acero inoxidable C75. Este acero al carbono con una enorme retención del filo requiere el cuidado adecuado hoy como lo hizo entonces. El guardacuchilla de acero inoxidable macizo, el antiguo sello de espiga oficial en la hoja, el mango de madera acanalada local y la funda auténtica de cuero de alta calidad también forman parte del equipamiento original. Los cuchillos están marcados con un número de serie.